Camino a Yucatán

La pintura es la base que usa Isabel Bacardit para expresar su rico universo mitológico. Su sincretismo está compuesto de los numerosos caminos metafísicos que ella ha conocido. Especialmente, de la cultura mejicana, abigarrada, cromática y, a su vez, compuesta del mestizaje del cristianismo y el panteón precolombino.

Bacardit no se detiene en complacer a su cultura preferida, bucea también en los arquetipos universales sin distinción. El surrealismo, la psicodelia y la abstracción están también en su bagaje, y cuantas vías encuentra las incorpora en la medida de su libertad.

El color y la feminidad son su ayuda para plasmar su energía intuitiva. Un mundo concebido como un paraíso del sueño humano viene a llamar a nuestros sentidos desde sus cuadros. La mediumnidad, el éxtasis y la alegría son la meta.

Su pintura es lo que ve, pero desde dentro y hacia dentro. En realidad nos informa: tu mundo no es de los otros, tu mundo es tu reino, su expresión es su canción y una oración al infinito su plasmación en ella, dentro de ella y para ti, que lo miras y ves. Una invitación a poder entender qué ocurre en la “psique” de una mujer en la que el arte se ha aliado con la magia, el origen con la gracia, y el sabor embriagante de su valiente vida y obra con la pintura.

Joan Vinuesa

Barcelona, febrero 2015