Poesía

Bulto
Jonás Sánchez Pedrero
EL FUEGO Por las afueras del tiempo hay una luz que tantea mi mano. Como un sorbo de pájaro, como la sed del ni o a la que nadie se opone, voy fingiendo la soledad y las cosas. Ya vuelven tus p jaros, tu aleteo intacto de limón, y vuelvo a besarte con la arrogancia del viajero. Hay atracción en el miedo, por eso acompleja tu cercan a, tu más allá de disparo.

Repertorio de venenos
Antonio Orihuela
A modo de prólogo:Juan Carlos Usó
Hace unos meses mi buen amigo Antonio Orihuela me llamó para hacerme una propuesta que, desde luego, no esperaba para nada. Quería saber si estaría dispuesto a seleccionar y prologar una antología de su obra poética. No debía tratarse de una antología al uso, dijo, sino vertebrada en torno a los venenos. Le había surgido la oportunidad y le placería, insistió, contar conmigo para ese menester. Para ablandarme y convencerme,…
Hace unos meses mi buen amigo Antonio Orihuela me llamó para hacerme una propuesta que, desde luego, no esperaba para nada. Quería saber si estaría dispuesto a seleccionar y prologar una antología de su obra poética. No debía tratarse de una antología al uso, dijo, sino vertebrada en torno a los venenos. Le había surgido la oportunidad y le placería, insistió, contar conmigo para ese menester. Para ablandarme y convencerme,…

Poemas y escritos
J. Daniel Vidal
Pese a que en alguna ocasión lo había deseado con fuerza, no conseguía dar con la fórmula adecuada que le permitiera contentar a su mujer, a su madre, a sus amigos, a todos los demás y a sí mismo a un tiempo. Comenzó a sentirse preocupado. Y a menudo se rascaba absurdamente la cabeza…

Homenaje a Miguel Ángel Velasco
Miguel Ángel Velasco
Querido Miguel, “Hombre-leño” me motejaste durante una velada de altura en que la materia —la mía— ofrecía más resistencia de la habitual a la sustancia. Fueron testigos de aquel bautismo travieso y gamberro otro amigo poeta, una diosa germánica y una ninfa autóctona… Imposible mejor compañía para un viaje interior. Luego —¿o fue antes?— me regalaste el esqueleto de un erizo de mar, que es un poema: “pagoda pura de la simetría”, certificaste. Y también un poema, que es un erizo,…

Solo quedas tú
J. Daniel Vidal
El hombre caminaba lentamente.
Prudencia.
La bestia rompió su pata contra un árbol en su loca carrera de inconsciencia.
Atravesó el bosque.
Vio el horizonte y apagó su aliento.
El hombre siguió su reguero de sangre y llegó también hasta el final.
Sólo encontró un recuerdo.
Y vio un cadáver reflejarse en las aguas.
Prudencia.
La bestia rompió su pata contra un árbol en su loca carrera de inconsciencia.
Atravesó el bosque.
Vio el horizonte y apagó su aliento.
El hombre siguió su reguero de sangre y llegó también hasta el final.
Sólo encontró un recuerdo.
Y vio un cadáver reflejarse en las aguas.