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Espacio seguro

Señor Psikedélico Comensal,
Señor Gonzo

El presente artículo se halla inspirado en un sueño lúcido que experimenté, siendo esta una de las diversas vivencias de conciencia alterada que he experimentado. No obstante, tal relato se reserva para una futura exposición. El sueño transcurrió de la siguiente manera: me encontraba en una Benidorm futurista, de gran belleza y vivacidad, caracterizada por murales mexicanos y edificaciones que recordaban a las obras de Gaudí y Buckminsterfuller.

Durante mi paseo, me topé con un establecimiento de estética futurista y hippie, con un letrero bilingüe que rezaba «Espacio Seguro/Safe Space». La premisa era única: un club psicodélico en el cual los individuos se asociaban, obtenían una membresía y alquilaban habitaciones por un día, por la tarifa de 50 €, que incluía alojamiento, enteógenos, alimentos y bebidas. Se llevaba a cabo una breve evaluación médica y psicológica mediante un dispositivo farmacéutico para garantizar la salud del individuo y, según su perfil mental, se le aconsejaban determinados enteógenos y se le brindaban pautas para disfrutar de la experiencia.

Este concepto me dejó perplejo, reflexionando sobre su viabilidad. Consideré que algo así podría valer la pena. Como se deduce del relato, la concepción del contenido no resulta difícil de trazar, ya que el día anterior me había dedicado al estudio de los clubes de cannabis y lugares de consumo seguro, además de abordar la temática de la reducción de riesgos en el consumo. Mi reflexión me llevó a imaginar cómo sería un establecimiento de este tipo. Supongamos que el lugar más probable para la creación de una organización de esta índole sería Holanda, dada su historia de legalización del cannabis y el uso de alternativas legales a las sustancias estupefacientes en ambientes festivos. Este local sería un club comunitario privado que uniría a consumidores y profesionales.

Por una tarifa simbólica de registro, un individuo podría convertirse en socio del club, obteniendo un carné con acceso a la aplicación de la asociación. A través de esta aplicación, el socio podría completar una ficha inicial con una breve batería de pruebas psicológicas para determinar su perfil seguro de consumo (PSC). Con el PSC obtenido, el sistema experto del club podría sugerir enteógenos que el individuo podría consumir de manera segura y placentera, así como reservar una cita en el establecimiento y solicitar el psicodélico de su elección de la carta de productos.

Al llegar al local, el socio pagaría el costo de la estadía, ya sea por 12 o 24 horas, dependiendo de la duración de los efectos. Sería guiado hacia su habitación a través de un pasillo flanqueado por puertas. La habitación sería pequeña pero cómoda y acogedora, bien climatizada y decorada con alegría. Contaría con una pequeña nevera con agua y alimentos, materiales de dibujo o libros de arte, un control remoto para el equipo de música con una selección de música adecuada, un cómodo sillón cama y un botón de emergencia para llamar al personal.

Aunque el personal pasaría periódicamente para asegurarse de que el socio esté bien, el club debería contar con al menos un recepcionista, personal de limpieza, atención psicológica y un sanitario para tratar cualquier mala experiencia con éxito. También se evitaría que personas de una sala y experiencia diferente ingresaran en otras habitaciones para prevenir incidentes. Además, se tendría en cuenta la salud física del paciente, controlando pulso, temperatura, presión sanguínea, etc., por el sanitario de turno, junto con una breve consulta de su historial médico y medicación recetada para evitar intoxicaciones por reacciones adversas.

Incluso aquellos que deseen experiencias mixtas podrían consultar la seguridad de ciertas combinaciones y cómo llevarlas a cabo, ya que existen programas en línea como «Askt the Caterpillar» que ofrecen orientación sobre el consumo seguro de sustancias individuales y sus combinaciones óptimas.

En resumen, la programación de una aplicación que gestione el historial de salud física, mental y de consumo de un usuario como un sistema experto, y que guíe al individuo de manera segura y cómoda en su experiencia psicodélica, es factible en la actualidad. La ventaja de un sistema así, además de proporcionar calidad, seguridad y discreción, radica en alinearse con las necesidades cotidianas de personas con responsabilidades públicas, familiares o laborales, que deseen disfrutar de un espacio y momento reservados para unas vacaciones consigo mismos.

Con la legalización, regulación y seguridad del consumo basadas en el conocimiento científico actual, estos enteógenos no serían más que otro tipo de psicofármacos con aplicaciones claramente definidas y necesarias. Estos serían ideales para cubrir aspectos que otras actividades humanas no pueden abordar, como socializar, beber, fumar o terapia clásica. Al final, con educación y sentido común, la libertad y la seguridad pueden coexistir.

Cabe mencionar que las imágenes presentes en el artículo fueron generadas por inteligencia artificial a partir del texto expuesto, gracias a la colaboración con el otro autor mencionado.

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